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Alegranza


El islote de Alegranza, con una superficie de unos 10 kilómetros cuadrados, supone el punto más septentrional del Archipiélago Chinijo. Situada al norte de Lanzarote, su máxima altitud se encuentra en la Caldera, de unos 298 metros.

Actualmente la isla pertenece a D. Enrique Jordán, pero se encuentra totalmente despoblada, existiendo sólo algunos restos, en el sur, de los antiguos edificios que datan de la primera mitad del siglo XX, época en la que se mantuvo una pequeña explotación agrícola y ganadera. En la parte occidental se localiza un faro que funciona de forma automática, y en cuya proximidad suele habilitar un campamento el personal científico que se aloja de forma ocasional en el islote.

Sólo puede ser visitado con el permiso de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. Si pretendemos movernos por su interior hay que contar también con la autorización  del actual propietario de la tierra.

El relieve de la isla viene definido en buena parte por la caldera. Se trata de un amplio edificio de origen hidrovolcánico, de unos 1.300 metros de diámetro. En la vertiente oeste, la erosión marina ha labrado un gran acantilado, que descubre su estructura interior.

Destaca la presencia casi constante del viento y el fuerte oleaje, al tiempo que informa de que sólo se puede llegar al lugar en barco privado, disponiendo la playa de zona de fondeo. El faro de Punta Delgada, situado en la parte este del islote, fue declarado Bien de Interés Cultural el 20 de diciembre de 2002.

Forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y de la Reserva Integral de Los Islotes.

Separados por la plataforma central, al este se encuentran alineados otros tres conos volcánicos, asimismo recortados por el mar: Montaña de Lobos (220 metros), Morro de las Atalayas (130 metros) y Morro de la Rapadura (130 metros). Las coladas lávicas emitidas desde dichos conos, recubren buena parte de esta meseta. Entre los mal países y otros apara- tos volcánicos menores, aparecen algunas pequeñas cuencas endorreicas, donde se acumula una arcilla salitrosa.

Ya en el sector norte, aparece una zona llamada El Jablillo, ocupada por las finas y blancas arenas lanzadas por el mar y el viento hacia el interior.

La cubierta vegetal es la propia del piso basal canario, con abundante presencia de comunidades halófilas. Las tabaibas desarrollan unas formas espectaculares, en aquellos sectores de fuerte viento. En las áreas de cultivos abandonados, crecen profusamente las aulagas y, sobre todo, una planta introducida: el bobo o tabaco moro (Nicatiana glauca)

Alegranza es lugar de refugio y nidificación de numerosas aves. Destacan las rapaces, caso del guincho (Pandian haliaetus) con dos o tres parejas, y el escaso halcón de Eleonor (Falca eleanarae)Pero son, sobre todo, las aves marinas las más abundantes. Sobresale una numerosa colonia de pardelas (Calanectris diamedea), de las que se conservan restos de no muy lejanas matanzas, cuando esta especie suponía un elemento importante dentro de la economía insular. La colonia actual de pardela cenicienta, es una de las mayores de la Macaronesia, y asciende a unas 10.000 parejas.

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